jueves, 20 de mayo de 2010

SE CUMPLE 103 ANIVERSARIO DE LA MURTE DEL GENERAL GREGORIO LUPERON


Gregorio Luperón, nació el 8 de septiembre de 1839, hijo de Pedro Castellanos y Nicolasa Duperón (apellido francés que luego se convirtió en Luperón), mujer vigorosa, trabajadora infatigable, sostén del hogar de quien aprendió Gregorio, el amor al trabajo responsable y honesto, así como su fuerza y valor ante los afanes del diario vivir.
El misionero protestante William Towler, le enseñó las primeras letras, le infundió el hábito por la lectura y despertó en él su capacidad comprensiva que le ayudaron a alcanzar una amplia cultura universal y nacional.
Desarrolló su liderazgo, su gran resistencia física y el carismático don de mando trabajando como capataz en una hacienda en Jamao, propiedad del francés don Pedro Eduardo Duboq; cualidades que le favorecieron en sus posteriores hazañas militares y políticas como defensor de los ideales patrios.
La vida militar de Gregorio Luperón, se inicia cuando fue escogido para el puesto de comandante auxiliar en la Cantonal de Rincón donde manifiesta su carácter enérgico y disciplinado.La anexión de la República Dominicana a España proclamada por el presidente Pedro Santana el 18 de marzo de 1861, las protestas del pueblo frente a este acontecimiento, su amor al suelo patrio y a la libertad le impulsan a mostrar su oposición y toma la firme decisión de unirse a las acciones conspirativas contra el gobierno español.
El general Gregorio Luperón, combatió con las armas el gobierno de Báez, enfrentándolo y atacando los puertos principales del Norte y Sur del país al mando del vapor “El Telégrafo” llegandos apoderarse de la ciudad de Samaná con la finalidad de impedir a toda costa las actividades antinacionales de Báez de “ americanizar el país con la venta de Samaná “.
Por estas hazañas militares fue declarado fuera de la ley por el gobierno de Báez, perseguido por buques militares norteamericanos y secuestrada la embarcación por ingleses al considerar a Luperón, un pirata.Aunque la expedición de “El Telégrafo” no dió los beneficios deseados, sí causó un fuerte impacto en la conciencia dominicana.
Alcanzado el objetivo de deponer a Buenaventura Báez, del poder y después de enfrentar múltiples momentos donde las ambiciones y la traición a los ideales nacionalistas caracterizó a diferentes gobiernos dominicanos desde 1876; es en 1879 que Luperón, asume el poder político, teniendo la oportunidad de instaurar un régimen democrático, tomando medidas que favorecían el desarrollo del país.
Le sucede en el gobierno el padre Fernando Arturo de Meriño, a quien confió Luperón, el bienestar de la nación por considerarlo hombre de carácter, cultura y patriotismo que continuaría las reformas que inició el gobierno liberal de Gregorio Luperón.
Luperón, fue designado como Enviado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario en Europa donde continuó manifestando su gran amor a la patria; promocionando acciones de desarrollo como fue la instalación del primer cable trasatlántico, buscó nuevos mercados a los productos agrícolas y gestionó la reducción a la deuda externa contraída por los gobiernos de Báez.
Regresa al país en el momento de nuevas elecciones obteniendo la presidencia Ulises Heureaux (Lilís).A partir de 1882 y al consolidarse Heureaux, en el poder con un régimen dictatorial, corrupto y antagónico con los valores y principios del Partido Nacional decide salir del país fijando su residencia en Saint Thomas.
Desde el exilio, su protesta contra el régimen de Heureaux, se hace sentir, con escaso respaldo económico para una expedición revolucionaria, tuvo que limitar su lucha a la propaganda y a mantener la esperanza en el pueblo dominicano.
En esta isla escribe sus obras “Notas Autobiográficas y Apuntes Históricos sobre la República Dominicana“.Afectado de una enfermedad incurable el presidente Heureaux, fue a visitarlo y lo invita a regresar al país, a lo que accedió Luperón conciente de la cercanía de su muerte.
Embargado de gran nostalgia por su amada patria llegó a Puerto Plata y a las pocas semanas muere el 20 de mayo de 1897, recibiendo honrosa sepultura el día 21.